Entre los motivos más frecuentes para llamar a una empresa de reparación de toldos en Madrid, sin duda está la rotura de la lona. Hemos de reconocer que eso era mucho más común hace unos años, cuando el único material del que disponíamos para confeccionar los toldos era la lona de algodón, de diferentes grosores, pero exclusivamente algodón.

Este tipo de lonas presentaban dos grandes problemas. El primero era su gran capacidad para almacenar una gran cantidad de agua, de modo que, cuando llovía, la lona del toldo podía almacenar hasta tres veces su propio peso en agua. Lógicamente, tanta cantidad de agua tardaba mucho tiempo en secarse, especialmente cuando el toldo estaba enrollado, por lo que, en el exceso de humedad era frecuente que se formara moho que debilitaba la lona.

El segundo problema que obligaba a ponerse en contacto con una empresa de reparación de toldos en Madrid era la decoloración. Al estar todo el día expuestos a los rayos ultravioletas, las tintas utilizadas en sus estampados terminaban por apagarse y desaparecer por lo que, en apenas unos años, el toldo tenía un aspecto nefasto.

Sin embargo, desde hace unos años, las lonas que empleamos en la confección de toldos están fabricadas en tejidos acrílicos, mucho más ligeros y resistentes que el algodón que, además, tienen la propiedad no sólo de no absorber el agua, sino también de repelerla, por lo que es prácticamente imposible que se pueda formar moho. Además, muchos de los tejidos que empleamos están teñidos en el propio proceso de fabricación, por lo que resisten hasta quince veces más la acción de los rayos ultravioleta sin perder el tono.

En Artestor trabajamos con los materiales más resistentes.