En nuestra ciudad es fácil encontrar estores a medida baratos que se ajusten a tu presupuesto y a la decoración de esa estancia que te gustaría dejar increíble. En este post vamos a hablarte de la historia y origen de ese producto tan demandado hoy en día.

La primera firma en comercializar los primeros estores enrollables lo hizo a principios del siglo XVIII. Estos se fabricaban con lino, que provenía de los Países Bajos, pero el mecanismo enrollable tuvo lugar en Glasgow, en Escocia, y fue patentado por James Louis Robertson y John King.

Estos primeros estores enrollables no tenían el mecanismo de muelle; el tejido se plegaba en el alféizar de la ventana. Para recoger el estor había que tirar de un cordel que estaba unido a una barra superior y que se ataba alrededor de la ventana. Lo que desconocemos es si por aquel entonces existían estores a medida baratos.

El estor enrollable, tal como lo conocemos hoy en día, fue patentado por primera vez en Estados Unidos en el siglo XIX y fue una empresa de en Nueva York la que se dedicó a fabricarlos. Stewart Hartshorn patentó en el año 1864 un diseño que mejoró el inicial utilizando un mecanismo que empleaba una carraca y un trinquete. Esta propuesta se parece a la actual pero con sistemas de aluminio que permiten abrir y cerrar el estor de forma fácil y también práctica.

Si nos trasladamos a la Inglaterra victoriana, cabe reseñar que una compañía británica patentó su versión del mecanismo del estor en 1880. La empresa todavía existe y mantiene este mismo mecanismo.

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